La OMS publica unas nuevas directrices sobre el paludismo relacionadas con el tratamiento y la adquisición de medicamentos
9 DE MARZO DE 2010 | GINEBRA --
En los últimos años, un nuevo tipo de terapia conocida como tratamiento combinado a base de artemisinina (TCA) ha transformado el manejo del paludismo, pero si no se utiliza correctamente el medicamento podría perder toda su eficacia.
Énfasis en la realización de pruebas
Las Directrices para el Tratamiento del Paludismo -segunda edición (Guidelines for the Treatment of Malaria, second edition) ofrecen a los países recomendaciones de actualidad basadas en la evidencia sobre el diagnóstico y el tratamiento del paludismo. Los principales cambios respecto a la primera edición de las directrices (publicadas en 2006) son el énfasis en la realización de pruebas antes del tratamiento y la inclusión de un nuevo TCA en la lista de tratamientos recomendados.
«El mundo tiene hoy los medios necesarios para diagnosticar rápidamente el paludismo y tratarlo con eficacia», ha declarado el Dr. Robert Newman, Director del Programa Mundial sobre Paludismo (GMP) de
En 2008, sólo el 22% de los casos presuntos de paludismo fueron sometidos a análisis en 18 de los 35 países africanos que notificaron al respecto. Hasta ahora, la mayoría de los dispensarios tenían que recurrir a la microscopía, pero el reciente desarrollo de pruebas de diagnóstico rápido (PDR) de calidad garantizada, realizadas con una tira reactiva y una gota de sangre, abre la posibilidad de cambiar la política terapéutica. Dichas pruebas permiten demostrar de forma fiable la presencia o ausencia del parásito del paludismo en la sangre y se pueden realizar en todos los niveles del sistema de salud, incluido el entorno comunitario.
Pruebas de diagnóstico universal
La tendencia a adoptar pruebas de diagnóstico universal de paludismo es un paso fundamental en la lucha contra esa enfermedad, ya que permitirá focalizar el uso del TCA entre quienes realmente sufren paludismo. El objetivo es reducir la aparición y propagación de farmacorresistencia y facilitar la detección de los pacientes febriles que no tienen paludismo, para poder realizar otros diagnósticos e instaurar el tratamiento oportuno. En consecuencia, un mejor manejo del paludismo tendrá un impacto positivo en el tratamiento de otras enfermedades de la infancia y en la supervivencia infantil en general.
Prevención de la farmacorresistencia
Buenas prácticas
Las directrices sobre Buenas prácticas de adquisición de medicamentos a base de artemisinina contra el paludismo (Good procurement practices for artimisinin-based antimalarial medicines) carecen de precedentes y están basadas en las normas de calidad más recientes y rigurosas sobre producción y adquisición acordadas internacionalmente. El objetivo de este manual es dotar a los funcionarios nacionales e internacionales encargados de las operaciones de adquisición de una mayor capacidad para comprender los aspectos más importantes de la calidad y la documentación necesaria. El contenido se presenta como una lista práctica y concisa de 16 pasos que orienta la selección y adquisición de medicamentos seguros y eficaces que satisfagan las normas de calidad internacionales.
«En los países con paludismo endémico, los mercados de productos farmacéuticos no suelen estar regulados, y las autoridades nacionales necesitan ayuda práctica para evaluar la calidad de los medicamentos antipalúdicos antes de comprarlos», explica
Los medicamentos de mala calidad perjudican a la salud y la vida de los pacientes, menoscaban la credibilidad de los servicios de salud y, al provocar concentraciones subterapéuticas de los fármacos en los pacientes con paludismo, favorecen la resistencia a estos importantes medicamentos que salvan vidas.
«Estas directrices ayudarán a los países a seleccionar y adquirir medicamentos eficaces y de buena calidad y a salvar vidas, pues mejorarán el diagnóstico y tratamiento de los enfermos», ha señalado el Dr. George Ki-Zerbo, gestor del Programa de Malaria de
La mitad de la población mundial está en riesgo de paludismo. Cada año se registran casi 250 millones de casos, que causan 860 000 muertes. Aproximadamente el 85% de esas defunciones se dan en la población infantil, la mayoría en África.
Para más información puede ponerse en contacto con:
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